José María Olazábal será el capitán europeo de la Ryder Cup para la edición del próximo año en Medinah (Chicago). El golfista de Fuenterrabía se convertirá así en el segundo español que alcanza tal distinción tras la exitosa campaña de Severiano Ballesteros en Valderrama (Cádiz) en la edición de 1997.Olazábal no necesitará siquiera someterse al referéndum del Comité de Jugadores -en el que están, entre otros, los españoles Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández-Castaño- que se reunirá en Abu Dabi. Lo escogerán por aclamación para que acaudille la defensa de la copa en septiembre de 2012.
Su nombre ya figuró en primera línea desde que concluyó la última edición, en Gales en octubre pasado, cuando por las circunstancias meteorológicas tuvo que ejercer el papel de vicecapitán desde el sábado junto a Sergio García, Thomas Bjorn, Darren Clarke y Paul McGinley.
Todos los factores exigidos confluyen en la figura de Olazábal: aún se mantiene en competición una vez recuperado de sus problemas que le han tenido casi dos años parado; tiene una enorme experiencia y un carisma inigualable.
De hecho, su nombre ya se había postulado para la capitanía en la edición anterior, pero viendo que Montgomerie no sería el líder deseado en Estados Unidos, por la animadversión que despierta desde hace décadas, el Comité de Jugadores quiso premiar hace dos años la trayectoria del escocés con ese premio.
El guipuzcoano, que jugará el torneo de Abu Dabi, Bahréin y Qatar como inicio del año 2011, es un icono de la competición que enfrenta de forma bienal a Europa y Estados Unidos. Ha participado en siete ocasiones y formó la mejor pareja de la historia junto a Seve, con el que ganó 11 partidos y sólo perdió dos. La imagen de ambos, saltando Olazábal apoyándose en los hombros del cántabro para divisar una bandera, presidió el vestuario de Europa en la última edición.
Su carisma ha calado entre los golfistas. Cuando ejerció de vicecapitán en 2008 en la Ryder Cup de Valhalla (Louisville), casi tuvo el mismo peso que el capitán Nick Faldo, con el que los golfistas tenían menos química. A día de hoy, la decisión es unánime y ningún otro ha tenido la osadía de proponer otra alternativa. "Cualquier jugador con el que hablas quiere verlo de capitán europeo de la Ryder", reconocía a finales de noviembre George O'Grady.
Además, el único temor que tenía Olazábal se ha disipado. Meticuloso en todo cuanto emprende, no quería ser un capitán lastrado por los dolores, resignado a ver a los candidatos formar parte de su equipo por televisión. Necesitaba confirmar que podía estar encima de ellos cuanto fuera necesario. Y durante el invierno ha experimentado una mejoría ostensible.
Su designación le hará recortar su calendario en el PGA Tour, circuito en el que aún disfruta de invitaciones porque pasó a la reserva por prescripción médica. Sólo tiene contemplado en principio el Masters de Augusta, el único grande para el que está clasificado ahora mismo por su condición de doble ganador de la chaqueta verde en 1994 y 1999.
El nombramiento supone la culminación a una trayectoria como capitán que empezó en el Seve Trophy en el año 2000, el torneo que enfrenta al continente con las Islas Británicas e Irlanda, y que siguió luego en el Royal Trophy, el duelo entre Europa y Asia, en 2008.
Fuente: Marca.com
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