Desert Springs Golf Club, Cuevas de Almanzora, Almería

El único campo de golf de estilo desértico de toda Europa es el reclamo principal de este campo. Y desde luego que es un campo distinto, original e inconfundible. The Indiana Course es el nombre del campo de golf de la urbanización Desert Springs ubicado en una zona con un microclima desértico con menos de 200 mm. de precipitaciones anuales. Esas condiciones climáticas se han aprovechado para diseñar un campo inspirado en los campos desérticos de Arizona y California. Rocas, arroyos secos, cactus y otras plantas florales del desierto es lo que se encuentra más allá de las estrechísimas calles de este campo.

Además, tanto los nombre que se ha dado a los distintos hoyos (p.e., Cactus point, Crazy horse, Bones, The Gambler), como el mobiliario e instalaciones del campo se toman del “lejano oeste”. Por momentos da la sensación de estar en una especie de parque temático del oeste, y para algunas sensibilidades puede haber un exceso de elementos decorativos (algunas esculturas, como la del elefante junto a la casa club, rozan lo grotesco).

El entorno natural y artificial hace muy ameno y totalmente distinto a cualquier otro campo europeo el recorrido. Y, sin embargo, no es nada aconsejable distraerse con los cactus y esculturas del recorrido ya que las calles son especialmente estrechas (en algunos puntos no superan los 14 metros de anchura) y salir de ellas supone tener que jugar desde un terreno seco y duro. Y eso en el mejor de los casos, ya que la bola puede desaparecer entre los espinosos arbustos, entre las rocas o ir a parar a algún arroyo seco.

Otro factor de dificultad es la distancia de los hoyos (6.159 m. en total). Casi todos los pares cuatro superan los 350 metros. Las calles son rectas y no existen dog legs. Pero la estrategia será importante en aquellos hoyos (hoyos 7, 9, 10, 11) que se ven atravesados por arroyos o zonas en las que la calle desaparece y son ocupadas por el desierto. En especial, el hoyo 13 obliga a jugar a las discontinuas zonas de calle que aparecen como islas en medio del desierto.

El lujo de la urbanización se deja sentir en el cuidado del campo y en las instalaciones. Todos los elementos del juego están cuidadosamente mimados. Los tees, las calles, los greenes (rapidísimos) y hasta los lagos (a pesar de su carácter desértico, hay que sobrevolar dos lagos en los hoyos 14 y 15) son de una calidad exquisita. Y lo mismo cabe decir de las instalaciones: vestuarios, restaurante, terraza, servicios, lo mismo en la casa club que en La Hacienda (el edificio de servicios situado a mitad del recorrido), destacan por el lujo y el elegante diseño.

Por último, señalar que desértico es el clima, pero no el entorno del campo que se ubica a muy escasos kilómetros de una de las zonas turísticas almerienses más conocidas junto a las playas de Vera, La Garrucha y Mojácar.


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