El golf llora la pérdida de Ramón Sota, uno de los grandes

El mundo del golf llora la muerte de uno de sus jugadores más ilustres. Ramón Sota Ocejo (Pedreña, 23 de abril de 1938), falleció ayer en Santander a los 74 años de edad.


Para mucha gente, Ramón Sota quizá no fuese más que el tío de Severiano Ballesteros Sota, el más grande jugador de golf que ha dado España en toda su historia. Pero Ramón Sota fue, muchos años antes que Severiano, el gran referente del golf en España. En un tiempo en el que ese deporte era prácticamente desconocido en el país y cuando había muy pocas licencias profesionales.

Sota, el menor de siete hermanos, pasó una infancia marcada por el duro trabajo familiar en el campo y en el mar. Aunque la proximidad del campo de golf de Pedreña le hacía soñar con metas más altas. Así, comenzó su relación con el golf de la forma que lo hacen muchos niños: haciendo de caddie. «Sin escuela de ningún tipo. Aprendió con lo que veía hacer a otros jugadores», afirma su sobrino, Baldomero Ballesteros. «Y también con mucho entrenamiento y constancia, aunque también había calidad en él».

Desde muy joven, Ramón Sota ya destaca en el mundo del golf. A los 18 años, en 1956, se proclama campeón de España de profesionales, título que vuelve a conseguir en 1959, 1960 y 1961. «Sin lugar a dudas, es el mejor jugador de España de su época», afirma su sobrino. «Junto a los hermanos De Miguel se convirtió en la gran referencia de este deporte, sobre todo a finales de años 50 y en toda la década de los 60».

Con los grandes

Con mucho esfuerzo, dadas las estrecheces económicas de la época, Ramón Sota logra viajar al extranjero para competir. Y no en cualquier sitio. El pedreñero disputa el Open Británico del año 1963, en el campo inglés de Royal Lytham & Saint Annes, el mismo que 16 años después, en 1979, vería a su sobrino Severiano Ballesteros levantar su primera 'jarra' del British. Ramón Sota finaliza séptimo, a diez golpes del ganador, el neozelandés Bob Charles, y empatado con una de las grandes leyendas mundiales del golf, Gary Player.

Dos años más tarde, en 1965, llegaría la gran actuación internacional de Ramón Sota. El Masters de Augusta, en el que participó en seis ocasiones, vio como el cántabro finalizaba en sexta posición con 286 golpes en los cuatro días de competición, dos bajo el par del campo. Los tres primeros fueron Jack Nicklaus, Arnold Palmer y Gary Player, auténticos mitos de este deporte. Y un jugador español, de un pueblo pequeño del norte de Cantabria, se codeaba con ellos. La primera vez que un golfista español llegaba tan lejos.

Con una técnica golfística «muy peculiar», como afirma su sobrino Baldomero, la principal virtud de Ramón Sota en un campo de golf era la fortaleza. Tanto a nivel físico -«le pegaba muy fuerte a la bola»-, como mental, ya que era «un gran guerrero de la competición».

Ramón Sota se retiró joven, a los 34 años, del mundo del golf. La escuela y el club que llevan su nombre es su mejor legado para el futuro de un deporte al que él ayudó a crecer.   Fuente: El Diario montañes

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