Las horas previas al comienzo del Masters de Augusta pasan con los dos ojos puestos en el cielo. Por un lado, la previsión meteorológica anuncia tormentas y agua a granel la tarde del jueves y la mañana del viernes. Anoche ya descargó una tormenta fortísima sobre Augusta y la organización del Masters tuvo que retrasar la apertura de las puertas hoy miércoles prácticamente durante una hora. Es el tiempo que utilizan para que el escuadrón de trabajadores de Augusta se ponga manos a la obra para que parezca como si nada hubiera pasado.También están los ojos puestos en cielo en recuerdo de Severiano Ballesteros. La presencia del cántabro es absoluta en este Masters de Augusta, el primero desde su fallecimiento el pasado mes de mayo. Los grandes campeones que se pasean por la casa club y sus alrededores tienen siempre una palabra lista para honrar al genio español. "Obviamente, todo echamos de menos a Seve y pensamos mucho en él.
Fue una buen amigo, un excelente compañero y un fiero competidor. Él tenía un estilo maravilloso, jugando golpes muy difíciles alrededor de green, saliendo continuamente de los problemas. Y siempre con una gran sonrisa en la boca", asegura Bernhard Langer.
Nick Faldo, el más acérrimo rival de Seve en los años ochenta, afirma del cántabro que "fue una inspiración para todos nosotros. Sus victoria en Augusta, donde nunca antes había ganado un europeo enviaron el mensaje de que cualquiera de nosotros podía ganar aquí, por mucho que el campo no se adaptara a nuestras costumbres: greenes muy rápidos, campos largos...".
Anoche tuvo lugar la tradicional cena de campeones, donde Charl Schwartzel, homenajeó a los ganadores del Masters con una barbacoa al más puro estilo sudafricano. Seve también estuvo presente de alguna manera en esa cena. Ben Crenshaw, dos veces ganador del Masters (1984 y 1995), ejerció de maestro de ceremonias y realizó un brindis en memoria de Ballesteros. "Fueron unas palabras muy bonitas", asegura José María Olazábal.
Fuente: marca.com
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