Golpe al golf mundial

Las campanas de la Parroquia de San Pedro, que tan desbocadas tañían cuando Severiano Ballesteros ganaba un gran torneo de golf, sonaron el pasado 7 de mayo a mortuos plango (lloro a difunto). El genio de Pedreña moría a los 54 años víctima de un tumor cerebral y el deporte se vistió de luto. La noticia estremeció a España, Europa y al mundo entero, porque Ballesteros, un golfista irrepetible, era respetado y venerado en todo el orbe. En España su muerte cayó como una losa, pese a que la opinión pública era consciente de su lucha, enconada y sin cuartel, frente a dos tumores alojados en el cerebro y detectados dos años y siete meses antes.

Pero el corazón del golf siguió palpitando, y en esa continuidad vital las novedades se sucedieron hasta el final de campaña. Novedoso fue que los cuatro campeones de los torneos de Grand Slam del año lo lograran por primera vez. El sudafricano Charl Schwartzel (Masters de Augusta), los dos norirlandeses de generaciones distintas Rory McIlroy (21 años) y Darren Clarke (42) y el estadounidense Keegan Bradley estrenaron en 2011 su palmarés en ese tipo de torneos. La lista mundial fue gobernada en distintas fases por tres europeos. Comenzó como líder el inglés Lee Westwood, el alemán Martin Kaymer tomó después el relevo y el también británico Luke Donald, acabó el año al frente del ranking y con un inédito doblete incluido: encabezó las lista de ganancias de los circuitos europeo y estadounidense.

La decepción del golf español por no haber logrado que la Ryder Cup de 2018 se disputase en Madrid -ganó París- se compensó con el nombramiento de José María Olazábal como capitán europeo para el duelo con Estados Unidos de 2012. En la réplica femenina de la Ryder, la Solheim Cup, las europeas acabaron después de seis años y cuatro tentativas con el monopolio de las mejores golfistas estadounidenses en Killeen Castle (Irlanda). El concurso de la española Azahara Muñoz, que debutaba, resultó determinante.

El final de año también trajo más novedades, como el triunfo de Tiger Woods en un torneo profesional después de dos años y 26 competiciones. Tiger volvió a saborear las mieles de la victoria al imponerse en el Chevron Wolrd Challenge en el californiano campo de Sherwood, lo mismo que Sergio García hizo en Castellón y seguidamente en Valderrama, después de tres años inédito.


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