Las ovejas paralizan un campo de golf en Murcia

Parece que todavía hay muchos que siguen sin ver en el golf uno de los pocos clavos, aunque sean ardientes, que nos quedan para poder salir de esta crisis que tiene a España en los últimos lugares de solvencia económica de la CEE. El mejor ejemplo lo vemos estos últimos días del año en Jumilla, Murcia.

El agua, es cierto, es un bien fundamental y debe de utilizarse en el bien de todos. Durante los últimos años ha quedado demostrado que ese agua tan necesaria en nuestro país no se puede tirar en regadíos que apenas pueden sustentar precariamente como mucho a una familia y dar unos rendimientos económicos que se pierden luego en cadenas infinitas de intermediarios, mientras que el agricultor apenas recibe unos céntimos por el producto que tanto le ha costado sacar adelante.

El agua debe de utilizarse también para otras cosas, quizá más rentables para nuestra economía. Hace ya algunos años que destinos como Málaga, Almería, la Costa del Sol, Canarias y Tenerife apostaron por el golf como camino hacia la explotación económica de primera calidad. Cada año, millones de visitantes llegan a estos destinos dispuestos a jugar al golf, a alquilar coches, cenar en restaurantes y gastarse mucho dinero en alojamientos de primer nivel muy cerca de campos de golf. Unos recorridos que han hecho de estos enclaves destinos preferentes en toda Europa y haciendo de nuestro país uno de los mejores destinos golfísticos del mundo.

Sin embargo, parece que esto no lo ven quienes deben de decidir el destino de nuestra economía, nuestra vida y nuestro futuro. Tanto que el Tribunal Supremo ha paralizado la construcción de un campo de golf incluido en el plan parcial de Santa Ana del Monte Jumilla Golf, en Murcia, por la queja de un pastor que aseguraba en su denuncia que no hay suficiente agua para su construcción e instalación.

Pascual Carrión Guardiola, que así se llama el pastor, dice que “en la zona no hay suficiencia de recursos hídricos para ejercer labores de pastoreo y construir un complejo urbanístico y un campo de golf”. El pastor pidió la suspensión cautelar del campo de golf para poder desarrollar el tradicional destino pastoril pero el Tribunal Superior de Murcia entendió que debía prevalecer el "interés general" del desarrollo urbanístico frente al "interés privado" del pastor. Adujo, además, que el plan parcial preveía una concesión de aguas subterráneas, una planta desaladora y la conexión la red de distribución, por lo que en el futuro no habría problemas de abastecimiento.
Pero el Tribunal Supremo ha decidido suspender cautelarmente el Plan Parcial y el Programa de Actuación Urbanística 'Santa Ana del Monte Jumilla Golf', en el que estaba previsto levantar 2.285 viviendas y un campo de golf porque la posible insuficiencia hídrica afectaría al interés general.

Por su parte, el alcalde de Jumilla, Francisco Abellán, dijo que la primera demanda fue presentada por un vecino, el pastor, que tiene una explotación ganadera en esa zona, y que pedía que el Plan Parcial se hiciera más pequeño y así no afectara tanto a su parcela, sobre todo el tendido eléctrico que iba a darle energía a la urbanización, que en un primer momento iba a contar incluso con más viviendas. La denuncia de Carrión, sin embargo, no tiene relación con la que ahora ha estimado en su recurso el Supremo, que se refiere al suministro de agua.

Ahora, tras la sentencia del Tribunal Supremo será el promotor el que se planteará, si le interesa, hacerlo más pequeño y que se ajuste al Auto del Supremo. La realidad es que Jumilla se queda, de momento, sin campo de golf. Así lo manda el Tribunal Supremo.


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