Veinte años no es nada, ni siquiera para el golf

Hoy hace 20 años el muro de Berlín caía para siempre y la historia de Europa y del mundo cambió su sentido. El golf no vivió ajeno esas modificaciones. Hace dos décadas el deporte de los dieciocho hoyos vivía también momentos destacados y se debatía por tener un lugar entre los más importantes.

Europa celebra hoy 20 años de la concesión, el 9 de noviembre de 1989, del permiso a los alemanes orientales para atravesar libremente la línea de delimitación con el Berlín Occidental. Esa misma noche, centenares de miles de personas derribaban los cimientos de los 160 kilómetros del muro de separación entre ambas áreas, un acontecimiento conocido desde ese momento como la Caída del Muro de Berlín, y que se conmemora hoy con la presencia de los principales líderes mundiales ante la Puerta de Brandeburgo.

La Caída del Muro supuso el símbolo de la caída del Telón de Acero, la frontera física e ideológica que dominó la vida en Europa tras el final de la Segunda Guerra Mundial, y el antecedente inmediato del fin de la Guerra Fría en 1991 con el colapso de la Unión Soviética. Fue también el inicio de la Reunificación Alemana y de la eventual reintegración europea que este año culmina una fase crucial con la ratificación del Tratado de Lisboa, y un momento clave del proceso iniciado en 1989 con la Revolución polaca y la apertura de fronteras entre Hungría y Austria.

Sin embargo, todo fue producto de una equivocación. El portavoz del politburó de Alemania Oriental, Günter Schabowski, anunció el día 9 la concesión del permiso sin saber que la cúpula del partido había decidido que la orden entrara en vigor doce días después, para coordinar la desinstalación del muro, que terminó siendo realizada miles de personas armadas con mazos, palancas y, en general, cualquier objeto contundente que tuvieran a mano.Para los alemanes, suponía una clara oportunidad de reconciliación y acercamiento, eliminando una línea de separación cuya mera existencia se cobró la vida de entre 100 y 200 personas que intentaron saltar el muro en busca de una vida mejor en el Berlín Occidental. Esa parte de la historia, más o menos, la conocemos todos ¿Pero se acuerdan, los aficionados al golf que pasaba en el deporte de los 18 hoyos hace 20 años, en 1989?

En Europa y Estados Unidos la temporada regular ya había terminado. En el Viejo Continente se había disputado la segunda edición de un torneo que había comenzado a jugarse en 1987, el Volvo Masters, que había ganado Nick Faldo -ahora Sir- y que en su segundo año de vida -se disputaba en un campo llamado Valderrama- ganó Ronnan Raferty. Aquel año había sido muy bueno para él y después de cinco victorias a lo largo de la temporada se hizo con la Orden de Mérito que también patrocinaba la firma automovilística sueca Volvo, que se había convertido en el gran sponsor del golf europeo. Raferty dominaba en Europa y lo hacía por delante de jugadores como Bernhard Langer, que ese año ganó en Valencia, en El Saler, el Open de España, Mark James, que triunfó ese año en tres torneos o Nick Faldo que, con cuatro entorchados, no pudo conseguir ser el mejor de Europa esa temporada.

Tampoco lo lograron Severiano Ballesteros, que ganó en Puerta de Hierro el Cepsa Open ni José María Olazábal, que esa temporada ganó el primer torneo del año disputado el 23 de febrero en Tenerife y meses después el Open de Holanda.

Los cuatro Majors los ganaron ese año Nick Faldo, que venció en el Masters -sería el primero de los tres que luego consiguió-; Mark Calcavechia, ganó el British Open con 275 golpes embolsándose 128.000 dólares; Curtis Strange, ganaba el Us Open y el fallecido Payne Stewart, con 276 golpes, sumaba a su palmarés el Us PGA.En el panorama mundial el australiano Greg Norman, que acuñó el sobrenombre de El Tiburón Blanco, era el líder de la clasificación mundial. Entonces tenía 17,76 puntos. Por detrás de él estaban Nick Faldo (16,25), Severiano Ballesteros (15,03), Curtis Strange (13,79), Payne Stewart (12,82) y José María Olazábal, que entonces era séptimo y que hacía que en aquel año el golf español tuviera dos representantes entre los diez primeros del ranking mundial.

En 1989, las maderas, todavía eran de madera y el titanio todavía era un material que sólo se utilizaba en las naves espaciales. No había móviles y el famoso hoyo 17 de Valderrama era un chollo. No tenía agua que lo defendiera. En aquel año, Claude Rogier Cartier presentó ante el Comité Olímpico Internacional la solicitud para que el golf fuera deporte olímpico. El primer paso fue solicitar que fuera deporte de exhibición en Barcelona’92. Casi lo fue, pero el tema se archivó. En aquella temporada Jane Gaddes, Betsy King, Nancy López y Julie Inkster ganaban el British Open, el Us Open, el LPGA y el Nabisco Championship y Emma Villacieros, ya era presidenta de la RFEG. Yo todavía no jugaba al golf y el Real Madrid no ganó ese año la Copa de Europa. Fue un año importante para el mundo y también, no lo duden, para el golf.

Fuente: El Periodigolf.

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