En el mes de noviembre de 2006, el mundo del golf nos sorprendió con un 'golpe galáctico'. El ruso Mijail Tiurin, junto a Miguel López-Alegría (estadounidense de descendencia española), golpeó por segunda vez en la historia una bola de golf en el espacio. El experimento entró en el libro Guinness de los Récords. Al contrario de las reglas que rigen el golf terrestre, Tiurin efectuó el 'drive' agarrando el palo con una sola mano y la pelota de apenas tres gramos de peso. Según los planes, la bola estará girando cuatro años alrededor de la Tierra hasta desintegrarse en la atmósfera después de recorrer unos 3.360 millones de kilómetros. Muchas veces la publicidad hace realidad cosas impensables. ¿A quién se le ocurriría?
La primera partida de 'golf espacial' ocurrió en la superficie de la Luna en 1971 y la protagonizó el estadounidense Alan Shepard, comandante de la misión Apolo 14.
Pero en el golf encontramos más cambios de escenario. El 22 de septiembre de 1999, José María Olazábal batió el récord mundial al embocar un 'putt' en un avión. Teniendo en cuenta la velocidad del 'Concorde', la distancia recorrida por la bola fue de 14,85 kilómetros, superando el registro anterior de Brab Faxon de 13,67 kilómetros.
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