Tiger no encuentra la garra

"El putt ha estado horrible", "todo lo bien que me sentí el día anterior, ayer fue todo lo contrario", "he sido incapaz de leer las 'caídas'", "jamás he estado cómodo" y "he cometido un montón de errores en los greens". Son frases que resumen el sentimiento de frustración total del ex número uno mundial Tiger Woods en su regreso a Pebble Beach (California), escenario de una de las exhibiciones más asombrosas en un campo de golf. Fue en el año 2000, en el que Tiger ganó el National Pro-am del PGA Tour y meses después el Open USA con 15 golpes sobre los segundos, Ernie Els y Miguel Ángel Jiménez. Tal fue el dominio de Woods esa semana en el recorrido junto al mar en la costa oeste americana, que el sudafricano, al ser preguntado por cómo se había sentido jugando la última vuelta con Tiger, respondió a la prensa: "'hey men, give me a break, will you?'" (por favor, dadme un respiro, ¿vale?).

El putt volvió a traicionar a Woods en el primer torneo que disputaba del PGA Tour en 2012, circuito en el que no gana un torneo desde septiembre de 2009 (BMW Championship, de la FedEx Cup). Y volvió a traicionarle en los postreros 18 hoyos, donde tenía aspiraciones de victoria, como en el Open de Australia de 2011, y hace tres semanas, en el Abu Dhabi Championship. Pero falló en la última jornada (75 golpes, con cinco bogeys y 15º al final a 9 del campeón Phil Mickelson, que jugaba con él en el penúltimo partido, un aliciente añadido por la cantidad de público que arrastraron), en el tramo decisivo de un torneo, donde Tiger solía ser letal, un ganador nato, un fuera de serie. El Chevron, que organizó en diciembre su fundación y que supuso su primera victoria en dos años, era por invitación y semioficial.

"Viéndole jugar pienso que todo puede cambiar en una semana. Sé que el putt no ha sido todo lo bueno que le hubiera gustado que fuera, pero está cerca de llegar a la cima de su juego", declaró Mickelson (64 golpes), encantado con su cuarta victoria en el torneo, a una del récord de Mark O'Meara, y quien con la 40ª victoria alcanzada el domingo es ya el 9º jugador con más victorias en el circuito, lista que encabeza Sam Snead con 82. Esa misma cifra de torneos ha conseguido Woods por todo el mundo, 14 de ellos de los 'grandes'. Y en el PGA Tour atesora una media de seis títulos por temporada desde que es profesional (1996).

A Woods el maldito putt puede que le esté amargando la vida. Pero subestimar al ex nº1 es muy peligroso. Ha cambiado de 'swing coach', ha perdido quizá su aura de invencible, pero ojo que Tiger es Tiger. En 2001, tras regalar los cinco primeros torneos del año, perdió en Dubai el sexto al enviar una bola al agua y acabar con doble bogey para alegría del danés Thomas Bjorn, quien declaró: "Está jugando un golf fantástico". Woods ganó los tres torneos siguientes y se enfundó la chaqueta verde, que significaba su cuarto Grand Slam consecutivo: Open USA, British y PGA en 2000 y Masters en 2001, un hito histórico. Pero aún hubo más. Entre la derrota ante Bjorn y el US PGA de 2009 logró otro récord brutal: 25 victorias por 0 derrotas saliendo líder o colíder en la última jornada.

Fuente: mundodeportivo

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