A la caza de los campos de golf más desconocidos y singulares

Valderrama, PGA Cataluña, Sotogrande, Montecastillo, Saler, Puerta de Hierro... encabezan esta clasificación. Sin embargo, hay otros que, por motivos diferentes, no han logrado aún el reconocimiento merecido.

Lo primero que hay que destacar es que en este caso no se puede recurrir a la pomposa expresión de ‘joyas sin descubrir’. Y es que en ningún otro deporte hay tal cantidad de aficionados –de cualquier rincón del planeta– capaces de invertir tanto tiempo y dinero para visitar in situ instalaciones que ofrezcan algo nuevo y diferente, bien sea por su recorrido o por el entorno.

Hecha esta matización, el lector podrá aproximarse en estas páginas a una docena de campos que, en cierto modo, aún ocupan un “inmerecido segundo plano”, según la opinión de los expertos consultados por este periódico.

Entre ellos, existe una amplia coincidencia en que esta lista de ‘semidesconocidos’ debería estar encabezado por La Alcanada (Mallorca). A la calidad de su trazado, diseñado por Robert Trent Junior, suma unas espectaculares vistas a la Bahía de Alcudia desde casi todos los hoyos. Fundado en 2003, es el único de la zona que está justo al lado del mar. El faro de la isla de Alcanada, situado apenas a 150 metros, es el emblema del club.

Virando hacia la Península hay que enfilar hasta la Meca del golf en España: la Costa del Sol. De los numerosos campos que pueblan la provincia malagueña hay dos que están ganando enteros entre los aficionados. El primero de ellos es Finca Cortesín, enclavado entre Marbella y Sotogrande.

Obra de Cabell Robinson, su espaldarazo definitivo lo recibió en 2009 con la celebración de la Volvo World Match Play, evento que ha vuelto a acoger este año durante el pasado mayo. Situado cerca del mar, forma parte de un resort de lujo, con un hotel considerado como uno de los mejores de Europa. Además, cuenta con villas, apartamentos, restaurantes y un spa con más de dos mil metros cuadrados, entre otros servicios.

A pocos kilómetros está Las Brisas, fundado por José Banús en 1968. Para su realización confió en Robert Trent Jones (padre), uno de los arquitectos más prestigiosos a nivel mundial y autor en España también de los complejos de Valderrama y Sotogrande, entre otros. Aunque menos glamuroso que Cortesín, destaca, además de por su recorrido, por los jardines del campo, del paisajista inglés Gerald Huggan.

En el otro extremo del país se ubica uno de los complejos más espectaculares: La Galea, en el municipio bilbaíno de Lejona. La Real Sociedad de Golf de Neguri encargó en 1961 su diseño a Javier Arana, considerado por muchos como el gran arquitecto español en esta especialidad. El recorrido comprende una primera vuelta sobre el acantilado y tiene vistas al mar Cantábrico. Aquí los aficionados podrán disfrutar –o sufrir, según se mire– el fuerte viento que azota la zona.

Aunque de nueve hoyos, un buen número de expertos cita La Toja. Pese a que las limitaciones urbanísticas de la isla gallega han impedido su ampliación, es uno de los campos más bellos de España y con fama de ‘tragabolas’, debido a los obstáculos de agua que afectan a algunos de sus hoyos, en plena ría de Arousa. Un caso completamente diferente es el del Real Club de Sevilla.

Más que por su entorno, ha conquistado a los jugadores profesionales gracias a un recorrido exigente y al perfecto estado de sus green y calles, pese a encontrarse en una de los territorios más calurosos y secos del país. De hecho, su mantenimiento está al nivel de los mejores campos del mundo y en España sólo Valderrama es capaz de hacerle sombra en este aspecto.

Ya en Levante, hay una larga lista de instalaciones reconocidas internacionalmente. En letras mayúsculas, aunque menos conocido que otros de la zona, aparece El Bosque, que lleva también la firma de Robert Trent (padre). Los amantes de este deporte destacan una peculiaridad: al estar atravesado por un profundo barranco, goza de un perfil ondulado que lo hace diferente.

Del decano a Ballesteros

En Madrid, al margen de los grandes clubes, sobresale La Herrería, aunque no por su recorrido, sino por las vistas que ofrece desde algunos hoyos del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, obra cumbre de la arquitectura mundial.

Dentro de esta clasificación, el último en sumarse es Valdecañas, inaugurado este mismo año y situado en una isla dentro del pantano cacereño que da nombre a la instalación. Al igual que el anterior, su ubicación es lo que le hace único.

Para los amantes de las efemérides, es visita obligada el Real Club de Las Palmas, dado que es el primer campo de España al datar del 17 de diciembre de 1891 (dentro de cuatro meses cumple su 120º aniversario), cuando un grupo de ingleses decidió importar desde su país este deporte.

Y, por último, en un año como este no se puede dejar de citar el Real Club de Pedreña, ubicado en la localidad cántabra que vio nacer a Severiano Ballesteros. Los aficionados podrán disfrutar no sólo de un campo difícil, sino del hecho de golpear a la bola en el mismo lugar en el que el golfista fallecido en mayo dio sus primeros pasos como jugador.

España, un líder europeo

De toda la Europa continental, España es la nación que alberga más campos de golf: 422. La región con más instalaciones es Andalucía –donde se ubica casi uno de cada cuatro–, seguida por Cataluña y Castilla y León. Aunque este sector genera cada año varios miles de millones de euros y moviliza a millones de turistas, nuestro país tiene pocos practicantes.

El pasado 1 de marzo había 333.897 federados, 7.000 menos que un año antes. Si bien es cierto que el crecimiento de pasados ejercicios se ha visto frenado por la crisis económica, también lo es que España está muy atrasada en número de aficionados en función de su población. En el extremo contrario se encuentra Suecia, que cuenta con más de 400.000 federados pese a tener poco más de nueve millones de habitantes.

Los históricos del ‘top’

En el fútbol se suele decir que hay tantos seleccionadores como aficionados. Algo similar sucede con los ránking de los mejores campos de golf. En todo caso, entre las publicaciones especializadas y los expertos hay cierta unanimidad a la hora de establecer una clasificación de las instalaciones ‘top’ de España.

En lo que no hay discrepancias es que a la cabeza de todos ellos está Valderrama, uno de los grandes de Europa. Enclavado en Sotogrande (Cádiz), albergó en 1997 la Ryder Cup siendo el único del país que goza de este honor. El resto de puestos del escalafón ya no está tan claro, aunque algunos nombres que merecen estar ahí son los también gaditanos Sotogrande, Montecastillo y los dos de San Roque; Pula y Son Gual, ambos en Mallorca; los madrileños Puerta de Hierro y Real Sociedad Hípica Española; los catalanes El Prat y PGA Cataluña; o El Saler, en Valencia.

La Cañada, la gran cantera nacional

Un campo muy diferente a los que se citan en estas páginas es La Cañada, situado en la localidad gaditana de Guadiaro (San Roque). En primer lugar, porque es público. En segundo, y más importante, porque está muy enfocado a formar a niños para que aprendan este deporte. De hecho, se ha convertido en la mayor cantera española y su escuela municipal cuenta con más de doscientos alumnos. Por sus ‘aulas’ pasó Álvaro Quirós, el actual número 1 español.

Fuente: expansion.com

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