En esta ocasión, Miguel Ángel Jiménez tenía la bola a escasos centímetros de una de los rocosos y centenarios muros que rodean el mítico campo de Saint Andrews. El golfista malagueño, ni corto ni perezoso, ha hecho lo que mejor sabe hacer, improvisar.
'El Pisha' no tuvo una actuación notable en el The Open del 2010, pero sí dejó para la historia un golpe de película. Para lo bueno y para lo mano, Jiménez en estado puro.
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