Palabra de Saint Andrews

'Quien hizo la ley, hizo la trampa' no es una frase extrapolable al golf aunque a los padres de Saint Andrews y la USGA (Asociación de Golf de los EE. UU) sí que se les achaca algunas decisiones que podrían tildarse de 'injustas', sobre todo por parte del jugador que las sufre en propia carne.

Un ejemplo: ser sancionado con ¡2 golpes! en el 'green' cuando tu bola golpea la del compañero de partida -que no ha tenido la pericia de marcarla-. Y es que en este deporte individual hay mucho de respeto hacia el otro.

Lo que es indiscutible en el golf es que el que conoce las reglas, mejora su juego evitando penalizaciones innecesarias o estando en disposición de elegir la mejor opción en cada momento.

Pedro J. Lucas lo sabe bien. Él es jugador desde hace 19 años y árbitro nacional desde el 99. Y ahora, jubilado de la banca y con más tiempo a su disposición, ha puesto en marcha un 'Curso Elemental de Reglas de Golf' que imparte de manera gratuita en los clubes de los campos.

El sábado 30 le tocó el turno a La Serena (Los Alcázares). Cinco de la tarde y 30 despiertos oyentes para una exposición -proyectada- que se prolongaría hasta bien entrada la tarde. Y es que el recorrido del programa recala en cada una de las situaciones más frecuentes del juego: cómo acomodar la bola, qué es una bola equivocada, cómo jugarla, reponer, colocar, dropar, agua accidental... y así hasta al menos 20 situaciones básicas más, a las que ir sumando las que aportan los propios jugadores presentes en el curso.

Y es que las interpretaciones, dudas y errores sobre las Reglas de Golf contendidas en ese menudo libro que cualquier jugador debe poseer -el ejemplar es gratuito- y que pocos han abierto, dan mucho de si.

Por delante, algunas consideraciones previas: algo de historia del golf y sus primeras 13 reglas; «la mayoría están aún en vigor o se mantienen con el espíritu inicial de la regla», acota Pedro J. y, normas de juego y etiqueta. En este punto es donde el árbitro hace una inflexión. «Honradez, respeto y buena educación deben estar siempre presentes, no lo olvidéis».

Maneras de estar y de comportarse que han debido relajarse con el tiempo porque ahora se penalizan acciones de etiqueta como no reponer chuletas, hablar por el móvil... El curso se encamina a cuestiones diarias. «El paso se da no se pide. Hay que al menos arreglar dos piques (el mío y otro); se entra por el lugar más llano del búnker para que cueste menos arreglarlo...

Llega una pregunta propia de arena:

-¿Y si la bola cae en una pisada muy, muy profunda?

-Si ya estaba allí cuando llegaste (no corresponde a un compañero de partida), ajo y agua -responde Lucas-, toca jugarla.

La cosa se anima, otra cuestión:

-¿Se puede levantar la bola para identificarla?

-Si, siempre que llames al marcador y se lo plantees; delante de él y sólo con las yemas de los dedos la coges (nada de aprovechar para limpiarla) y la revisas. Averiguado si es o no tu bola, se repone en el sitio.

La aplicación de las reglas llevan un procedimiento, algo que se olvida con demasiada facilidad. Por ejemplo, a la hora de poner en practica la regla (local) de invierno, «no es correcto colocar la bola con el palo, hala, ahí mismo -escenifica Lucas-. Uno, se marca la bola; dos, se levanta (se puede limpiar); y tres, se mide la distancia que la regla local dicte (15 cm., una tarjeta...)».


Fuente: La verdad.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Quería hacer algunas matizaciones sobre el procedimiento de levantar la bola para identificarla. En primer lugar, creo que no está específicado que sea necesario utilizar las yemas de los dedos, aunque en la práctica se haga así. También creo que es necesario marcarla, de lo contrario se sufriría penalización de un golpe por la 12-2. Por último, si la bola está tan sucia que no se puede identificar, se puede limpiar un poco hasta poder hacerlo.

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