Los pensamientos negativos en el Golf

Como decía Ben Hogan, el golf es un 100% físico y un 100% mental, por lo que el nivel de confianza influye de forma determinante en el resultado final del golpe.

A los grandes jugadores les gusta jugar bajo presión, su rendimiento no sólo no disminuye sino todo lo contrario, mejora. Sin embargo el resto de los mortales jugamos mejor cuando es un partido entre amigos y no hay nada en juego, no hay que entregar la tarjeta el final del recorrido, no hay miedo al fallo, no tienes que contar el mal resultado, etc. Ahí es cuando la coordinación de los movimientos es mejor y la cabeza del palo coincide con la bola con mayor precisión.

El golf es el control de la bola, así que no sabremos si la controlamos o no, si no elegimos previamente un objetivo donde mandarla.

Así pues y una vez sabido esto, la práctica se debe realizar de la misma manera en la que vamos a jugar posteriormente. En el mismo instante en el que se pone la bola en el tee de salida del primer hoyo existe la necesidad de llevarla a la calle, no al rough o a los árboles, por lo que es muy importante elegir un punto lo más pequeño posible como objetivo y centrar toda la atención en él.

Se debe seguir cada paso de la rutina de colocación: palo apuntando al objetivo, la empuñadura correcta, el cuerpo colocado de forma que el movimiento tenga relación con ese punto y, una vez hecho eso, debemos dejar que el movimiento fluya y nunca hay que pensar dónde no la quiero mandar, puesto que ese último pensamiento negativo podría provocar que la bola acabase en ese lugar no deseado.

Recuerde, es simple: elijo el punto, busco la referencia, me coloco en relación a ella, siento el peso del palo y lo muevo pensando en ese objetivo, cualquier otra cosa en la mente me alejaría de él.


0 comentarios:

Publicar un comentario